martes, 18 de octubre de 2016

Revengeance

Bill Plympton ha embarcado su último trabajo, "Revengeance", en el circuito de festivales de cara a proponerla finalmente para los Oscar, y en una de sus paradas recaló en el Festival de Sitges, donde no llegó solo. "Revengeance" no es el primer caso en que Bill Plympton deja de asumir en solitario la realización de una película y la aborda con terceros (ya lo hizo en "The Tune", al co-escribir el guión con Maureen McElheron y P.C. Vey), pero sí constituye el primer caso en que con especial intensidad ha dejado a cargo de su colaborador amplios aspectos de la misma, tales como el guión, la creación de personajes, las voces... y se ha responsabilizado casi exclusivamente de la animación, lo que según nos reveló el célebre animador independiente en la entrevista que publicamos hace unos meses, le ha dejado mayor libertad para concentrarse en el dibujo.


El socio de Bill Plympton en esta nueva aventura es Jim Lujan, otro animador independiente que hasta ahora había realizado tan solo cortos a los que él mismo les ponía la música, las voces, el arte, etc; siempre disponibles online y caracterizados por sus personajes marginales, su mayor fuerza residía en los diálogos, frente a una animación cruda y poco desarrollada. Dijo en su día Bill Plympton que se había sentido identificado con sus personajes e historias, y que creía que un guión de Jim Lujan podía compensar el supuesto talón de Aquiles que algunos críticos decían ver en sus películas: los diálogos.
La sinopsis de "Revengeance" es una historia sórdida en torno a un cazarrecompensas barato llamado Rod Rosse cuya vida se pone en peligro al aceptar un encargo de un ex-motero/ex-luchador convertido en senador de los EEUU, llamado Deathface, para encontrar lo que le robaron y a la chica que se lo robó. Pronto descubrirá el protagonista que tras el encargo hay más de lo que parecía y se encontrará enfrentándose a bandas de moteros, cultistas, y policías corruptos.



"Revengeance" desarrolla una historia de humor cuya peculiaridad es la multitud de situaciones y personajes (tres cazarrecompensas, entre los cuales el protagonista; una atractiva fugitiva; un senador corrupto y su secretaria; una banda de moteros; un ex-luchador llamado Big Papa Booyah; una secta de cultistas; un vendedor de gasolinera...) que le otorgan su personalidad única y que transitan y conducen al protagonista por una trama plagada de gags, muy acordes con el sentido del humor de Plympton, hacia las distintas situaciones que determinarán la resolución del conflicto. Si bien es una trama en la que puede reconocerse el estilo de Bill Plympton y no faltan en ella gags o situaciones que uno podría atribuirle como propias - aunque más en la onda de "Mutant Aliens" o "Hair High" que en la de sus últimas películas, como "Cheatin" o "Footprints" -, el estilo y los diseños de Jim Lujan acaban determinando en gran medida el trabajo de Bill Plympton, y uno se pregunta si éste ha salido ganando a raíz de la colaboración; a pesar de que la respuesta global no parecería apuntar en ese sentido, ello no significa ni mucho menos que nos encontremos ante una mala película. Sin embargo, su historia carece de los conflictos y profundidad que hicieron grandes las películas últimamente más celebradas de Bill Plympton, como "Cheatin", y los diálogos precisamente no son de lo mejor de la película ni pueden superar el nivel de lo expresado por Plympton con menos palabras en sus películas más apreciadas.
También visualmente y en cuanto a la animación misma, los diseños de Jim Lujan parecen más bien haber limitado las posibilidades expresivas de Bill Plympton, que a pesar de haber intentado en lo posible acercar a su estilo los personajes de su colaborador  ha debido lidiar con diseños más toscos, desproporcionados y con menos detalle del que el animador suele aplicar a sus trabajos. Es así que Bill Plympton ha visto claramente restringidas las posibilidades de llevar al límite su capacidad de efectuar extraordinarios juegos con la anatomía de los personajes, más allá de alguna filigrana con las largas piernas de la secretaria Miss Candy. Sí que el dibujante mantiene intactas las imposibles perspectivas con que transforma los fondos, y llevado por la mayor libertad para dedicarse en exclusiva a la animación ha dotado a la misma de mayor fluidez, dejándose llevar de forma intuitiva y salvaje de fotograma a fotograma y sin sentirse constreñido por un rígido respeto del modelo o por la simplicidad de sus formas, que a menudo cambian levemente o se mueven sinuosas. En cualquier caso, el resultado es irregular, y combinado con los diseños en general feístas de Lujan, parece en ocasiones mal acabado.
En conclusión, Plympton se ha puesto al servicio de Jim Lujan para animar, mezclando los estilos de ambos, una de sus historias, y ha recuperado con ello en cierto modo la estética y narrativa de clásicos como "Mutant Aliens" y similares para servir una historia coral con buenos momentos cómicos, pero sería deseable que recuperara las tendencias apuntadas con "Cheatin" y "Footprints" y volviera a ser enteramente fiel a su estilo para sorprendernos con nuevas muestras de su maestría.

Lo mejor: Bill Plympton consigue dar a una historia y unos personajes prestados el aire cómico y poco convencional de sus clásicos.
En contra: lo mejor del realizador queda en buena medida limitado al perder el control del guión y del diseño de personajes.

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