lunes, 4 de abril de 2016

Norman del Norte

Norman es un oso polar que comparte con su desaparecido abuelo la habilidad única de poder hablar y sentir como los humanos, lo que hace que a menudo sea un incomprendido entre sus vecinos del Polo Norte y, a diferencia de ellos, no ve muy bien la creciente tendencia de recibir la visita de turistas humanos, aunque más o menos logra soportarla. Pero cuando un promotor sin escrúpulos amenaza con convertir su hábitat en una zona de residencias de lujo, Norman no tiene más remedio que aprovechar sus habilidades para desplazarse a Nueva York junto a un grupo de fieles lemmings para tratar de convencer a los humanos de que cambien de idea.
Distribuido en España por Flins&Piniculas, "Norman del Norte" es el primer largometraje de animación del estudio con base en Los Angeles Splash Entertainment (anteriormente Mike Young Productions), producido en asociación con Telegael, Assemblage Entertainment y Lionsgate. Basado en un guión de Daniel y Steven Altiere, Malcolm T. Goldman y Jamie Lissow, constituye el debut en la dirección de un largometraje para cine de Trevor Wall, antiguo artista y director de series en Warner Bros., Nickelodeon, Cartoon Network o Walt Disney entre otros, y director de series en Splash Entertainment (Sabrina: Secrets of a Teenage Witch, Hero: 108 y Zevo-3).


Se trata claramente de un caso de película destinada a ser estrenada directamente en vídeo y que ha tenido la fortuna de ser estrenada en salas de cine sin llegar a ofrecer una calidad apreciable. Básicamente se trata de un pastiche de tendencias e ideas ya exploradas con mayor acierto en anteriores blockbusters de la animación como "Madagascar" y "Pingüinos de Madagascar", "Happy Feet" y "Minions", y reproducidas aquí con muy poca originalidad y al servicio de un guión flojo, incoherente y poco convincente desarrollado junto a un diseño visual y una animación muy justitos. En efecto, nos encontramos ante un repetido planteamiento de personaje confundido por una habilidad que le hace único e incomprendido pero que le resultará muy útil para convertirse en héroe, con el envoltorio del típico carácter simpaticón y bailongo y la compañía de unas criaturitas (los lemmings) que no hablan y que basan su humor en el slapstick y el gag físico, aunque en el caso de la película que tratamos, con muy poca gracia y demasiada escatología. Junto a ellos o frente a ellos nos encontramos con un malo que lo es porque sí, con un desarrollo prácticamente nulo, y unos secundarios humanos cuyas decisiones carecen de la necesaria evolución o de una motivación convincente, unos y otros conducidos por una historia muy simple y emotivamente plana que además peca de querer ser divertida sin conseguirlo; en una sala llena de niños, que son su target principal, tan solo una escena logró arrancar algunas risas.
Producida con un presupuesto de unos 18 millones de dólares, la calidad de su factura palidece ante lo que se ha sido capaz de realizar en España y otros países con presupuestos semejantes e incluso menores. No es sólo que visualmente muestre unos acabados obsoletos y un nivel de detalle empobrecido, sino que el diseño de los personajes es inconsistente y la animación deja mucho que desear, abusando del bucle, del movimiento sincopado y afectada de decisiones interpretativas ridículas, como es el caso de los chiclosos y sinuosos miembros del malvado Sr. Greene, que al estar animados de forma totalmente distinta al resto de personajes carecen de justificación y se encuentran fuera de lugar.
Felizmente "Norman del Norte" quedará en el olvido y es muy probable que no se convierta en la franquicia que pretendió llegar a ser.



Norman tiene un problema de microcefalía


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